sábado, 31 de enero de 2009

Mi Noche



Mi noche es resignación.
Fría y simple, virgen, sola.
Ausente de corazón
pasando sobre las horas.

Mi noche es fuego apagado.
Ceniza del porvenir.
Lamentos abandonados.
El olvido de perfil.

Mi noche es cortina helada
que oculta el amanecer.
Las nubes de un cuento de hadas
que nunca quieren llover.

Mi noche es la sombra opaca
del día que tuvo prisa.
La botella y la resaca
de nuestras viejas sonrisas.

Mi noche es paz obligada.
Sueño, duda, celo, brisa.
Estrellas enamoradas
de horizontes hechos trizas.

Mi noche de hoy no quiere
que me vista de sudor.
Adentro las luces mueren.
¡Mañana será mejor!

Sexos Opuestos

Cuando una mujer llora
Es el suelo diluyéndose en sus pies.
Es la noche que se viste de mendiga.
Es la sabia que ve más de lo que crees.
Es la virgen que se muere reprimida.

Es el pájaro que abandonó sus alas
para caminar en tierra a paso firme.
Es el sol que ha perdido otra ventana.
Es el pato en el lago de los cisnes.

Es el viento que no ignora la ternura
de una voz que hace eco en los excesos,
pero que al acariciarla esta se enviuda,
y se marcha después de robarle un beso.










Cuando un hombre llora

Es otra raíz creciendo entre sus botas.
Es la rabia de no poder gritar.
Es la espada que le anuncia otra derrota.
Es el miedo de volver a comenzar.

Es el ala encadenada a las alturas,
en un cielo en el que no puede volar.
Es la voz de la incomprendida ternura
cuando el viento no la ha sabido escuchar.

Es el cisne entre aguas de pirañas.
Es la ventana cegada por el sol.
Es el sucio espejo que de nuevo empaña.
Es la sombra de las luces de neón.

viernes, 30 de enero de 2009

Hoy es uno de esos días para los que todavía no se ha escrito ninguna canción

Hoy es uno de esos días para los que todavía no se ha
escrito ninguna canción.
Uno de esos días fríos donde empiezas a extrañar a esa persona que te comería a besos si estuviese cerca. Pero al mismo tiempo, quieres estar solo, acompañado de ti mismo, abrazándote a ti mismo, inmóvil en el tiempo.
Hoy es uno de esos días donde prefieres incomunicarte del mundo para descansar de todos.
Uno de esos días en los que prefieres leer poesía acostado en tu cama, en paz, con las sábanas revueltas, y los pies en la luna que está por salir.
Uno de esos días donde la mejor música son los sonidos lejanos que vienen de la calzada, de la acera, del otro lado de la puerta.
Pareciera que las horas transcurrieran lentamente, sin prisa alguna, como una tarde de domingo envejecida.
Pareciera que el cielo te estuviera dando la oportunidad de reconciliarte contigo, con todos, con tu pasado, con el de los demás...
Pareciera que hoy es el día perfecto para agradecerle a la vida por lo que tienes, entendiendo como necesaria cada pérdida, y cada desilusión...
Lo es.