sábado, 7 de febrero de 2009

Perdiendo la guerra

Con la mirada y los sueños deshechos,
te miro y mis ojos parecen dormir.
Se oculta un suspiro detrás de mi pecho,
y ya no sé quién suspira por mí.

Ella se ha muerto. No está. Ya no existe.
La noche ya no se desviste en su voz.
Aunque en alguna ciudad aún respire,
¿quién podrá unir lo que Dios separó?

En cambio, tú estás, y en tus labios tristes
se asoma el refugio, el olvido, el amor.
Conmigo ya nunca serás lo que fuiste.
Contigo tampoco seré lo que soy.

Pero no. No soy yo lo que andas buscando,
ni tú eres esa que sueño encontrar.
El silencio aún no ha acabado matando
aquello que el tiempo apostó al azar.

Me quedo en tierra, aunque bato las alas,
eternizando los días de ayer.
Aún sigo a la sombra, mojando mis balas,
perdiendo la guerra que nunca empecé.

1 comentario:

  1. Ah si te gusta la poesia no te puede no gustar Spinetta! ja...

    Quizas deberias escucharlo junto a los Socios del Desierto, en un trio power, capaz q te gusta mas...


    pero como el tango, Spinetta un dia te "llega"...

    salu2

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